Transformando el material.
Para conseguir una calidad uniforme en el barro, pesamos sus componentes en seco, los mezclamos y luego los añadimos al agua en barreño, donde se amasará como si de pan se tratara.
La cantidad de agua que utilizamos es de 4 l. por 10 kg. de barro más 2 de picón fino.
Para conseguir que todo el barro tenga la misma uniformidad, cada pella la partimos en partes iguales que mezclamos entre ellos.
(Antes de tener el molino, preparaba el barro diluyéndolo con mucho agua, colándolo sobre escayola y esperando a que se endureciera lo suficiente para mezclarlo, amasándolo, con la arena. Es un proceso lento y largo, que hemos acortado mucho gracias al molino).
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