La Casa de La Cilla, cultura viva
El presidente del Cabildo de Fuerteventura, Mario Cabrera; y la presidenta del Centro Cultural Raíz del Pueblo, Concepción Fleitas, formalizaron en la tarde del pasado 25 de diciembre,el acuerdo de colaboración que permite poner en servicio e incorporar la Casa de la Cilla, ubicada en el casco viejo de La Oliva, a la ‘Ruta de los Coroneles’, que recorre distintos edificios singulares y de valor artístico del casco antiguo de La Oliva (Museo de Arte Contemporáneo Casa Mané, La Casa de Los Coroneles y la Casa de la Cilla, etc.). Raíz del Pueblo desarrollará además una programación de actividades culturales específica teniendo como centro las instalaciones y a partir de finales de enero de 2014. Hasta entonces, el museo se puede visitar los Martes de 10 a 18 horas, y los Miércoles, Jueves, Viernes y Sábados, de 10 a 15 horas. Los Domingos y Lunes permanecerá cerrado. Una vez completado el programa de actividades a final de enero, el horario se adaptará.
“Gracias a este acuerdo Raíz del Pueblo asumirá la gestión del centro museístico, con la posibilidad de ampliar horarios y actividades, de manera que el museo no se cierre en sí mismo, sino que contribuya a potenciar los valores de su entorno y hasta a aportar dinamismo económico. Es una experiencia que, si da buenos resultados, queremos seguir extendiendo a otros centros y museos del Cabildo, de manera que sirvan para activar el entorno a través de pymes o asociaciones”, explicó el presidente del Cabildo de Fuerteventura.
La presentación del acuerdo contó también con la participación de la consejera de la Red de Museos, Candelaria Umpiérrez, y de la alcaldesa de La Oliva, Claudina Morales. El Ayuntamiento de La Oliva participa en este proyecto a través de la Ruta de los Coroneles, en la que se integrará el museo.
Claudina Morales destacó que “junto a la Casa de los Coroneles, el mercado de la Casa del Coronel, la Iglesia y la Casa Mané, ya se concreta el germen de una ruta por nuestro patrimonio cultural que queremos seguir ampliando”.Mientras que en representación de Raíz del Pueblo, Concepción Fleitas recordó “a todas las personas mayores de la zona que en su momento aportaron información, recuerdos y utensilios, para completar los contenidos de este museo, que ahora queremos dinamizar con actividades, charlas, conferencias, etc. A finales de enero queremos tener ya en marcha un programa específico”.
useo del grano de la casa de La Cilla, recuerda y pone en valor la historia cerealística. Fuerteventura fue durante siglos el granero de Canarias. De sus puertos salía grano para abastecer a otras islas.
En Fuerteventura se crearon cillas en Betancuria, Tindaya, Tetir, Tiscamanita y La Oliva. La función de estos almacenes era guardar las cosechas de la Iglesia, bien aquellas obtenidas de los ganados y tierras de su propiedad como las que correspondían en concepto de rentas decimales.
La Cilla de La Oliva es un edificio del siglo XIX con paredes de piedra y techo a dos aguas, claro ejemplo de la arquitectura tradicional. La edificación estuvo a cargo de Francisco Carrión y el coste ascendió a 2.007 pesos y dos cuartos. En 1836 fue incautada por el Estado a raíz de la desamortización de Mendizábal. Salió a subasta pública y cayó en manos privadas, quienes también la usaron como almacén de grano. El abandono planeó sobre el edificio hasta que fue adquirido por el Cabildo que en 1997 lo convirtió en el Museo del Grano La Cilla.
En el museo se recrea la cultura generada en torno a la obtención de cereales. En su interior, se exponen aperos de labranza, textos y fotografías que ayudan al visitante a comprender la importancia que tuvo el grano antaño y cómo se las ingeniaron los majoreros para explotar unas tierras áridas y castigadas por la eterna ausencia de agua. Los que decidan visitar el recinto podrán conocer cómo hicieron los campesinos para captar las aguas de escorrentía a través de gavias, nateros y arenados.
En las paredes de La Cilla también se explica el ciclo agrícola: preparación de la tierra para el cultivo y para el aprovechamiento del agua, el arado de las tierras o el tiempo en el que se realizaba la siembra. Sin olvidar qué útiles se empleaban o en qué consistía una trilla en la era.
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